El invierno representa un desafío para los conductores, quienes además de lidiar con los retos típicos de ir tras el volante, también tienen que sumarle a su labor condiciones extremas como neblina, nieve y el tan temido hielo negro.
El hielo negro es una fina capa de hielo que puede llegar a formarse en la superficie del asfalto y que por ser prácticamente transparente se confunde con el color negro del mismo, lo que hace que sea muy difícil de ver.
Si llegas a toparte con una capa de hielo negro, esto es lo que debes hacer:
– Reducir la velocidad: dejar de acelerar es primordial para evitar un accidente.
– No pisar el freno: frenar solo contribuirá a que pierdas control del vehículo.
– Manejar en dirección recta: solo es recomendable girar en caso de extrema necesidad y se debe hacer con sutileza.
– Mantén distancia con el vehículo que está adelante: aunque es una regla general de manejo, cobra más vigencia en estos casos.