La aventura de ser mamá inmigrante en Canadá

Foto: cortesía

Daniela Aguilera es originaria de Santiago de Chile, en octubre cumplirá 7 años viviendo en Canadá y nos cuenta como ha sido su experiencia como madre inmigrante.

Llegué el año 2016 como estudiante internacional, con Hernán mi esposo y con dos niños, Benjamín y Josefa, luego de mucho tiempo, obtuvimos nuestra residencia permanente este año. Hoy nuestra familia ha crecido y ya somos 5 el 2021 llegó Amanda hace unos días adoptamos a Cedric, un perrito maravilloso. Actualmente, residimos en North York, ON.

Lo más complicado es la falta de red de apoyo. Llegamos con dos niños, y era complejo coordinar horarios. Un par de veces fui a clases con mi hija pequeña. Es por esto, que con Hernán, mi esposo, nos apoyamos y tratamos de complementarnos de la mejor manera.

Hemos tenido experiencias maravillosas en todo ámbito, tanto en las escuelas como con nuestros doctores de familia y tantas otras, como por ejemplo vacaciones familiares. Realmente no nos arrepentimos de la decisión de venir y estamos contentos de decir que en Canadá encontramos un lugar al cual llamar hogar.

Daniela Ayala es originaria de Puebla, México y en julio cumplirá 23 años viviendo en Canadá, ella llegó a este país siendo una niña y ahora nos platica su experiencia como mamá inmigrante.

Los desafíos de ser madre inmigrante en Canadá es el no poder tener a mi familia cerca. Mi mamá, doña Vicky, no se anima a venir a Canadá. Después de dar a luz en medio de la pandemia, mi suegra vino un mes después a ayudarme un poco y a darme consejos. También acudí a amistades que me guiaron y me apoyaron. Si me sentí sola porque me hubiera gustado poder haber contado con apoyo materno. Lo que tuve que hacer es acudir al internet y a una aplicación “What to Expect” para sacar información sobre los mejores cuidados para mi bebé. Con el tiempo me pasaron el dato de un programa de apoyo que se llama Healthy Beginnings para mamás inmigrantes.

Disfruto mucho cuando mi niña, Victoria Alejandra (Tori), me abraza y me sonríe. Una de las ventajas de tener hijos aquí en Canadá es que es un país bilingüe y mi esposo y yo decidimos aprovechar la gran oportunidad para meter a Tori a una guardería francesa. Amo a mi hija con toda mi alma y corazón y sé que ella a mí también. Nuestro amor mutuo es la mejor experiencia.

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